¿Qué vamos a comer en 2018?
Estas son las tendencias gastronómicas que (supuestamente) van a triunfar
Todos sabemos cómo son las modas y lo absurdas que pueden llegar a ser, pero no podemos negar el impacto que muchas han tenido en nuestra forma de vida. En un mundo cada vez más globalizado también las tendencias gastronómicas cruzan rápidamente las fronteras, y por eso es interesante ir tanteando el terreno de lo que estará por llegar en este recién estrenado 2018. ¿Qué y cómo vamos a comer en el nuevo año?
Las predicciones de 2017 que sí triunfaron (y que aún colean)
Las que sí han triunfado son casi todas las derivadas de una alimentación más saludable y sostenible. La mayoría, como el comer en cuencos con el poke y el buddha bowl a la cabeza, se enfrentan este año a su momento clave, cuando veremos si terminan imponiéndose o alcanzarán su cima para luego desaparecer.
A grandes rasgos podemos decir que lo healthy -y la manía de usar el vocablo anglosajón, algo que sucede también en otros países- sigue imponiéndose, con las verduras y otros alimentos vegetales crudos ganando peso. Pero cuando algo como la comida saludable se convierte en obsesión y carne de Instagram el tema se nos puede ir de las manos, y así es como surgen ciertas modas algo absurdas.
Desterrando los carbohidratos
Esa fijación por desterrar los hidratos de carbono viene de cómo ahora se priorizan las proteínas tanto para adelgazar como para ganar masa muscular. Si bien es cierto que en Occidente hemos llegado a abusar de los hidratos, hay que tener cuidado con desecharlos por completo sin seguir pautas de nutricionistas.
No todos los hidratos son iguales y por eso se lleva sustituir los que son nutricionalmente pobres -harinas de trigo refinadas de mala calidad y azúcar, principalmente- por equivalentes fit: cereales integrales y granos completos -la avena en todas sus formas triunfa-, harinas de legumbres y frutos secos, purés de frutas frescas y secas, semillas, huevos y equivalentes vegetales, proteínas en polvo, etc.
Proteínas vegetales y carnes gourmet
Pero eso no quiere decir, por otro lado, que se abandone la carne. Sí hay más conciencia por un consumo más responsable y sostenible, por lo que se espera un crecimiento de la demanda de carnes locales, ecológicas y más artesanas. Las carnes maduradas continúan y, como excepción más gourmet vienen con fuerza las variedades exóticas.
Fritos sin fritura, o cómo freír con aire o el mínimo de grasa
Si a todo el mundo le gustan los fritos pero se impone lo saludable, era obvio que las freidoras que utilizan aire caliente se convirtieran en tendencia. Redes sociales como Pinterest muestran un aumento considerable de comidas preparadas en estos aparatos, apuntando a que en 2018 dominarán mucho más el panorama gastronómico.
Cáñamo y cannabis
Además de las semillas, enteras o molidas, se estima un aumento de la oferta de productos derivados del cáñamo para usar en casa o directamente como añadido a diversos alimentos. Proteína, harina o aceite de cáñamo empiezan a ser ingredientes comunes fuera del herbolario, por ejemplo en el vino.
Menos dulce: nuevo gusto por sabores herbáceos, terrosos y florales
Grandes chefs y reposteros de restaurantes están apostando por postres menos dulces y con ingredientes salados, como verduras y hortalizas o hierbas, y potenciando los sabores a humo y tierra. Alimentos ya de moda como la cúrcuma, el carbón activado o el té matcha potencian este nuevo gusto.
Grasas más saludables: coco y ghee
El aguacate apareció como otra fuente de grasa saludable pero ya ha superado la barrera de ser mera tendencia. Ahora se van a imponer otras grasas que ya llevan tiempo poblando las redes de influencers internacionales, como son el aceite de coco y el ghee, la mantequilla clarificada típica de la cocina india.
Cuidado con volvernos locos con las supuestas bondades del aceite de coco, al que se atribuyen tantas propiedades mágicas que nos puede cegar un poco a la hora de usarlo. Más que como ingrediente se está difundiendo como la pólvora como producto que potencia la belleza y ayuda a adelgazar, pero no es ningún alimento milagroso.
Norte de África, Oriente Medio y Oriente Próximo
Marruecos e Israel lideran las predicciones con su riquísima gastronomía que tantas semejanzas guarda con nuestra cocina mediterránea. Así, el cuscús vuelve a quitar peso a la quinoa, pero hay otros países que vienen apuntando fuerte. Veremos y comeremos más sabores libaneses, turcos, iraníes, jordanos o armenios.
Café con superpoderes
Porque el propio café es una tendencia en sí mismo que no deja de reinventarse, tras su resurgir como bebida de especialidad y con las nuevas recetas que conquistan a hipsters y millennials. Se está reivindicando el poder saludable del buen café y ahora se apunta a potenciar sus virtudes con todo tipo de añadidos.
Café con mantequilla o con aceite de coco, con cúrcuma, setas medicinales, proteína en polvo, lecitina, bebidas vegetales, semillas molidas, açai, lúcuma, maca andina... También se prevé un aumento de la demanda de las infusiones de café verde y de cáscara de café.
Adiós al arcoiris de la comida de unicornio, vuelve el oro
Hace ya tiempo que empezamos a ver el oro decorando platos y dulces, pero algunos profesionales apuntan a que en 2018 se va a recuperar el dorado en la gastronomía como algo generalizado. Quizá ahora que ya no es una novedad tan impactante se haga con más mesura y de forma más racional. Es cierto que da un toque muy bonito y distinguido a algunas creaciones, pero el oro en sí mismo no es más que un toque decorativo sin valor culinario.
Yogur y otros probióticos
Otros fermentados como el kéfir, el kimchi o el chucrut también comparten beneficios y seguirán de moda en 2018, aunque ahora lo que se impone es la etiqueta de probiótico para destacar las supuestas bondades de un producto. Cereales, zumos y otras bebidas, derivados lácteos o incluso galletas o panes con probióticos serán cada vez más comunes, mientras que en el lado más artesanal se espera un auge de la kombucha.
El resurgir de la sopa
El ramen ya nos lo anunciaba; volver a la sopa es el triunfo de recetas con aire hogareño, reconfortantes, nutritivas y fáciles de tomar. Son versátiles, saludables y saciantes, estupendas para “desintoxicarse” después de excesos y para comer de forma sana en casa o en el trabajo sin complicaciones. Y es una nueva forma de seguir explotando el comer en cuencos, tazas o bowls en Instagram.
Todo esto, por supuesto, son suposiciones a las que habrá que esperar si terminan de cuajar. Que los medios dediquemos artículos a cualquier supuesta nueva moda no implica que vayamos a verla en el supermercado del barrio al día siguiente. Pero sí se pueden ver tendencias que van marcando el camino, como el apostar por una alimentación más vegetal, más sostenible y local, reduciendo el desperdicio.
Se hablará más también de insectos y de la carne de laboratorio, pero realmente no serán una moda en nuestros platos hasta que todavía pase un tiempo. Cambiar el calendario no implica que lo que se llevaba hasta ahora vaya a desaparecer de golpe, más bien yo hablaría de una evolución en los hábitos, aderezada de ciertos éxitos de un día de los que pronto nos olvidaremos.
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